Un “querido...” no habrá de encabezar la presente
No obstante
“tendré consideración”
Soy quien
desea recuperar un sentimiento
Ese que hoy necesita llegar e intenta este medio, visto el fracaso de
otros tanteos
Pudiera
ser que ante la posibilidad de releer repetidamente esta nota, comience la
comprensión.
La
verdadera importancia que todo amor posee.
Bien sé que no
ha sido un camino fácil, que muchas circunstancias adversas fueron deteniendo
sistemáticamente ese impulso que propone el entusiasmo realizador.
¡Como
ignorarlo!, si allí siempre he estado observando como, con cada caso, con cada
frustración, se iba diluyendo ese amor que fuera fuerza y capital.
Hasta creo que
mejor hubiera sido que a una mujer cualquiera lo entregaras, aún sin guardar
nada para ti. De esta forma estaría identificado el tenedor y, quizá, lograras
algún día recuperarlo. Así tendríamos un sentimiento que existe, que está, y es presente en
otro destinatario.
Tal y como se
ven las cosas en tu vida, la carencia solo hace perceptible el vacío de su
ausencia.
Es posible
describir algo, pero no su inexistencia, no obstante son terribles las
consecuencias de este particular “no tener”.
Poco a poco,
resignadamente, lo has ido entregando o, talvez y mejor expresado, ha sido
devaluada moneda de pago con qué saldar las deudas contraídas ante un ego con
otras pretensiones.
El tuyo propio,
que lo fue sangrando al suelo, descuidadamente.
¡Que tontería!
El éxito y el fracaso son solo situaciones en el devenir de la vida, evidencias
del accionar que, por principio, deberían ser ajenas al sentimiento.
¿Qué dices de la
soledad? ¡Con estos materiales se
construye la soledad!
Cualquier ser,
medianamente dotado, es capaz de percibir tu presente incapacidad. Por tanto,
debo advertirte que si no logras entregarte el amor propio, el propio amor,
nadie se arriesgará a hacerte destinatario del suyo.
Ya mismo he de
colocar este mensaje sobre el espejo del cuarto de baño, y toda vez que tu mano se alargue para quitarlo recuerda
que fue ella la que lo escribiera.
Una De Mis Partes. Navidad del
2005.
Filemón Solo
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